El azar ha querido que la última vez que
he pisado hasta hoy una plaza de toros fue para verte, fue el 29 de mayo en Las
Ventas. Porque te hayas ido no voy a decir cosas que no son, no fuiste un torero de mi
gusto, con todo ese lunes de mayo fui a verte y te defendí.
Ese día te tocó en suerte un encastado
lote de José Luis Pereda, con mucha chispa tu primero, estuviste hecho un tío
con él, con él y con una parte del tendido que se empeñó en no querer ver tu
gesta porque el toro apenas pesaba 500Kg
Esa tarde fue un resumen de lo que has
sido, nunca volviste la cara ante la adversidad, te jugaste la vida poniendo verdad,
toreando para ti sin importarte lo que en los tendidos sucedía.
Hoy te has ido, toreando, como solo
pueden hacer unos pocos elegidos. Honor y gloria a los toreros. Requiescat in pace Ivan Fandiño.
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