Soy aficionado de Valencia, donde según
me dicen, no sabemos de nada en esto del mundo de toro.
En Valencia, como somos “tontitos”, los toros con hechuras de caballo percherón los
corremos en las calles, no les vemos con una morfología para embestir, somos
así de raros. Sin que se nos tome el pelo, en la plaza nos gusta ver un toro
con tipo de toro de lidia, diferente además según encastes.
El domingo de Ramos, un amigo de “la terreta” estuvo viendo la de
Victorino, volvió horrorizado “parecían mulos
Ignacio”
Este domingo de Resurreción subí yo a Las
Ventas, ¿qué mejor forma de celebrar La Resurrección que “en los toros”?. Y aquello fue un sainete… uno tras otro iban
saltando al ruedo una panda de mulos de Montealto
que iban dando al traste con las esperanzas de Curro Díaz y José Garrido.
El quinto, un jabonero de 615kg, de
salida fue protestado por la panda de “enteraos” que saben más que nadie,
las capas claras hacen parecer a los toros menos de lo que son, y claro, esa
mole de carne no parecía lo suficiente un buey. Manseó en los dos putazos que
tomó y se defendió en banderillas, complicando la lidia a “Pirri” y obligando a esforzarse a Oscar Castellanos con los palos.
Curro
Díaz fue el único que creyó en él, inicio de
faena torerísimo y dos tandas por la derecha desmayando cada muletazo que puso
la plaza en pié. Puso la plaza en pié y desató las iras de 4 “enteraos”
que habían decidido que ese toro no podía servir.
Curro dio más distancia al toro, que se venía con alegría, cambió de
mano y tanda soberbia con la izquierda, empezó a protestar el toro y a por la
espada, cayó baja. Faena de mucho peso que algunos “enteraos” no quisieron
ver.
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