Desprestigio

Un desprestigio para la afición de Valencia, que pagamos nuestras entradas para ir a los toros, es que saltase al ruedo un encierro tan desigual presentado como el que ha saltado de Victoriano del Río hoy. Había en los corrales material para que no hubiese sido así.

Un desprestigio para la Tauromaquia en general es que se lidiase un toro al que le faltaba medio pitón.

Un desprestigio para Perera fue salir a hombros de una plaza vacía, en la que nadie se quedó a aplaudir su salida a hombros y los cuatro que lo hicieron fue para pitarla.

De todo el único responsable es Amado Martínez, máxima autoridad hoy en plaza, quien perdió el norte hace años el día que un jovencísimo Román hizo unas declaraciones mentando a su señora esposa.

Con un panorama totalmente desvirtuado por el desprestigio al que nos ha llevado este “señor”, ¿qué sentido tiene decir nada del juego del encierro, del gran par que clavó Curro Javier o de lo que hicieron realmente Perera, Castella o Román?...

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