El 12+1M en
Valencia vivimos un día histórico, lo primero, y fundamental, porque se
demostró el respaldo real que tiene la Tauromaquia en diferentes matices. Gran
asistencia de público tanto en el festejo de recortes matinal como en el vespertino
de toreo a pie, unas 20.000 personas pasamos por taquilla y pagamos nuestra
entrada, con ello el IVA correspondiente y demás ingresos directos e indirectos que generamos
a las arcas públicas. Esa es la realidad, que el pueblo se “rasca el bolsillo” porque quiere y le
gustan “los toros”.
Luego vino el
apoyo moral, 40.000 almas salieron a la calle y su único grito fue LIBERTAD.
Gracias a las miles de personas, no aficionadas a “los toros”, que también estaban y también gritaron LIBERTAD.
Allí estábamos muchos
aficionados a la Tauromaquia pidiendo algo tan simple como que se nos trate
con dignidad y se nos deje asistir libremente a eventos culturales.
Allí estaban artistas
defendiendo su forma de vida, estaban desde los “modestos” hasta las grandes figuras
de toreo, del recorte, del rejoneo. Como estaban los toreros de plata, picadores,
mozos de espadas…
También estaban
los “trabajadores del toro”, había ganaderos,
empleados del campo bravo, vaqueros, cabestreros, veterinarios…. gente que vive
todo el año de cuidar el campo y el toro de lidia, salieron a la calle defendiendo
su pan.
La reivindicación
fue un éxito de asistencia, un ejemplo de respeto, civismo y educación, sí lo
fue, eso parece….
Digo parece
porque, en pleno siglo XXI, el tener que defender el empleo de quienes viven de
cuidar al toro de lidia y las dehesas donde habita, defender el derecho de unos
artistas a crear, el derecho a tener acceso a todas las manifestaciones culturales…
que el pueblo tenga que salir a la calle clamando LIBERTAD… es el triunfo de la
decadencia moral.
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