Toreó desde lo más profundo de su corazón, el físico apenas le respondía y allí estaba, desafiando a la vida entregado a lo que más amaba su corazón.
Apenas cuatro verónicas y una media, la planta erguida, las piernas firmes, las muñecas quebradas como una extensión de su alma rota…
Él sabía lo que amaba y a ello se entregaba, él sabía que la vida se lo quitaba, él sabía que para siempre lo perdía… toreaba con el corazón…
El amor pudo a la razón y hoy hace 10 años que nos dejó...