Hasta ayer, la de Daniel Ruíz a parte, poco, por no decir nada, interesante habíamos vivido en Valencia. Principalmente por culpa de los animales.
Es curiosísimo lo que pasa de un tiempo a esta parte en Valencia. El “toro de Fallas” está saliendo bueno, raro ya que vienen de pasar el invierno y eso siempre es complicado, especialmente si ha sido lluvioso como este año. El “toro de julio” es un toro que a priori debe estar en mucha mejor condición, viene de pasar la primavera y si es como la de este año, gracias a las lluvias hay mucho pasto, mejor todavía.
La Feria de Julio en Valencia ha sido tradicionalmente en la que han venido las mejores ganaderías por este motivo, por eso también se exhibían los toros en la desencajonada. Ahora los toros están mejor en marzo que en julio, incluso de presentación. ¡Un misterio!
Como un misterio son las emociones que evoca el arte. Salió el “juanpedro” que hacía quinto de la tarde, cuando parecía que otro toro más nada iba a suceder Morante cuajó una tanda de derechazos, ligada, templando la embestida del toro, el pecho por delante, erguida la planta… ¡salté como un resorte de mi asiento! Por primera vez en la feria algo me emocionaba, eso y un sabroso molinete me basta para que me haya merecido la pena esta feria. ¡Viva el Arte!
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