El pasado sábado José María Dols Samper, “Jose María
Manzanares”, y su cuadrilla se enfrentaban a una de esas tardes. Gesto valiente
enfrentarse a 6 toros en La Maestranza, gesto importante para impulsar la
tauromaquia, con televisión de por medio lo hubiese sido mucho más, pero ese es
otro debate.
Volviendo a lo nuestro, en esas tardes hay que salir muy
mentalizado, hacer las cosas breves y con mucha intensidad, cuidando al máximo
cada detalle. Si hay toro, gusto, empaque y torería y si no lo hay, poner todo
lo que le falte al animal y sobretodo valor, mucho valor, ¡jamás dar un paso
atrás!
Juan José Trujillo lo sabía, esa tarde no se podía fallar,
la cuadrilla titular de “Manzanares” lidió en tercer y sexto lugar, el de
Victorino Martín y el de Juan Pedro Domecq respectivamente, y cumplieron.
Trujillo estuvo en figura con el de Victorino se jugó la vida con verdad en 2
pares de impresión, cortaba el toro una barbaridad y no le importó, se gustó en
el cite y clavó en la cara, ¡la plaza en pie! sonó la música por primera vez en
lo que llevábamos de festejo.
El "juanpedro" que hizo sexto fue el mejor de la tarde sin
duda, mucha fijeza tenía en animal, clase en la embestida y galopada viniéndose
de lejos. Trujillo fue el encargado de su lidia y dio una lección, tres
capotazos pegó en todo el tercio de banderillas, tres capotazos que fueron tres
caricias, perfecta la colocación, perfecta la distancia en los cites y el
temple, ¡como templó! Y otra vez vibró la Maestranza y otra vez se desmonteró el
torero… las figuras lo son por algo, no se puede fallar en los días clave.
Trujillo en lo suyo lo es.
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