Final de fiesta apoteósico y me van a disculpar que no les
cuente mucho, el tedio de esta feria ha sido tal que mi mente no daba para más.
Los dos primeros de Juan Pedro no tenían fuerza, aquello no
había por donde cogerlo y me limité a ojear el libro de Ponce que le acababan
de regalar a un amigo… de repente un chillido y Morante corriendo… ¿no lo
entiendo?
En el tercero, no me fijé en el toro, vi un Luque demasiado
pinturero, merendé algo… En el cuarto un chato de vino me hizo recuperarme y
pude ver a Enrique Ponce en Ponce, exprimir al máximo a un novillo de Juan
Pedro, le tenía cortadas las dos orejas, ¡Yo el primero en pedirlas!, pero…
estaba en Ponce así que pinchó….
En esas salió el quinto y Morante también estuvo en Morante,
faena emocionantísima por la verdad con qué se hacía todo, puro sentimiento el
que plasmaba este torero en cada pase, torea con el corazón y cuando las cosas
salen del alma se siente. También pinchó.
Me entregué a la faena de Morante y mi cuerpo, mi mente más
bien, no dio para más, no pretendo ser irónico, no me enteré de la faena de
Daniel Luque quien cortó las dos orejas, de verdad que mi mente no daba para
más. Solo pude adivinar que el toro iba cada vez a más y que embestía humillado
y largo…después me dijeron que era de Jandilla y no de Juan Pedro.