Gracias a un checano aficionado a la tauromaquia he podido
recordar algunos detalles de la actuación de Juan Ortega el pasado 25 de
agosto.
Un total de 7 orejas se cortaron esa tarde fruto de la
excesiva benevolencia del público checano, otrora exigente, ahora algo festivo
y, aunque me duela decirlo, chabacano.
Checa es un pueblo taurino y se debería de notar la diferencia en cuanto a exigencia respecto a otros lugares, antes ocurría…
Tuve el “honor” de ejercer como asesor del señor Presidente
esa tarde y si se concedieron “solo” 7 orejas fue por el temple del usía, quien
pese a las airadas protestas del público se limitó a dar una oreja por novillo,
como es su obligación si se pide por parte de “el respetable”. Solo otorgando
el premio de las 2 orejas a la genial actuación de Juan Ortega en su primer
novillo. Firme estuvo este año la presidencia, el año anterior se nos fue delas manos…
Esas dos orejas me parecieron las más justas de toda la
tarde, porque era “su pueblo” y no se quiso pecar de “chauvunistas” pero si se
llega a premiar con el rabo, que por supuesto se pidió, hubiese seguido siendo
premio justo. Juan Ortega no pudo estar más torero, más entregado y más de
verdad con ese novillo.
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