Puede variar un poco la trama pero ese es el argumento general y eso es lo que va a pasar. No esperamos una película de un guion trabajadísimo o de una interpretación sublime, una película de Oscar, solo esperamos algo que nos entretenga, “divertirnos” un rato y se acabó. Este tipo de cine no defrauda al público en general y es el que más recauda en taquilla.
El festejo de ayer era esto mismo, sabíamos de antemano que era lo que iba a pasar. No había mucha duda en los argumentos que planteaban. El papel de Fran Rivera era el de llevar público a la plaza, objetivo conseguido con casi tres cuartos de entrada un jueves laborable. El de “El Fandi” dar espectáculo, ¡conseguido! El público encantado con él y de paso nos regaló un par de buenas verónicas.
También sabíamos a lo que venía Sebastien Castella, a demostrar que no quiere que se le robe su condición de figura. Vino a una plaza de primera categoría con la responsabilidad que debe de venir una figura. Después gustarán más o menos sus faenas, pero vino como debe de venir quien se revindica como figura. Compitió en quites y estaba dispuesto a triunfar saliese lo que saliese de chiqueros, en el sexto faena de mérito. Fue el sexto un toro poco propicio para el triunfo, era brusco y creaba problemas pero él con técnica y valor cuajó una faena de oreja.
Los de Núñez del Cuvillo también en su papel, menos el sexto ninguno creó excesivos problemas e incluso hubo uno, el que hacía segundo, que fue un toro de nota.
Pues eso, pasamos el rato y vimos lo que sabíamos que íbamos a ver. Sabíamos a lo que íbamos.
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