La novillada de “El Parralejo” no aburrió a nadie, novillos
bravos en general y de mucha calidad y todos con su puntito de casta, casta que
generaba interés en el público e impregnaba de emoción las faenas.
Cuando se hace presente el toro la lidia alcanza todo su sentido,
ayer los tres novilleros, obviamente noveles al tratarse de una “sin caballos” evidenciaron falta de
oficio, normal y comprensible dadas sus circunstancias. De igual forma los
tres, Pedro Jesus Marín, Jorge Expósito y Aitor Darío, apuntaron cada cual en
su estilo maneras que pueden hacer pensar que llegarán más lejos en esto. A día
de hoy eso es lo importante para ellos más allá de las orejas cortadas.
Lo importante ayer fue que el toro se hizo presente y con él
la emoción.
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