El pasado sábado en Valencia toreaba Juan Ortega, por cercanía no soy objetivo con este torero así que no quería comentar nada, pero no lo he podido evitar...
Encierro de Nazario Ibáñez muy desigual en juego y presentación. Hubo dos de lío gordo, el segundo, muy en Núñez en la muleta, encastado y de larguísimo recorrido, y el extraordinario que hizo cuarto, muy completo ese novillo.
El primero, de gran calidad, fue perfecto para el torero aunque trasmitió menos al tendido. El sexto pareció tener clase pero ninguna fuerza, no duro ni media tanda.
El quinto manseó en exceso y el tercero si no llega a ser por la habilidad de lidiadores y varilargueros era de banderillas negras, manso de manual que rehuía cualquier posibilidad de pelea.
La suerte es caprichosa y quiso que el lote fuese para Cayetano García. Emilio Huertas sorteó el encastado segundo y como el toro manda yo me quedé sin ver a Juan Ortega.
Este novillero, castellano de acento sevillano, demostró valor y oficio lidiando al imposible tercero. Con el sexto lo intentó todo, por voluntad hasta se le podía haber pedido un trofeo, erró a espadas y eso pesa mucho.
Casi 100 checanos le apoyaban en las gradas, aunque en su partida de nacimiento rece Sevilla es nuestro torero y él lo sabe.
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