Me acuerdo como si fuese ayer, ¡qué ilusión me hacía!, iba con mi abuelo a la alternativa de Enrique Ponce. Ese niño que años antes descubrimos en Checa cuando “el patas” lo trajo a matar dos erales. Le seguíamos desde entonces y lo había conseguido, ya era matador de toros.
Hoy 20 años después, lo reconozco, he estado emocionado toda la tarde, me he acordado muchísimo de de él, de Tibu, mi abuelo, ¡cuanto me hubiese gustado estar con él viendo a Ponce otra vez más!….
Todo lo que sé sobre este Arte se lo debo a ellos, a Tiburcio Mansilla de Roque y a Enrique Ponce Martínez.
Tibu ya no está pero no se equivocó cuando lo vio por primera vez, aquel niño llegó a la cima del toreo y por tardes como la de hoy allí se quedó.
El planteamiento de la tarde era el de un día de fiesta, los toretes de Zalduendo reseñados para tal evento debían de ser meras comparsas ante las más poderosas muletas del escalafón. Ponce se topó con un primero tan descastadito y tan soso que ni él fue capaz de sacarle nada.
En su segundo lidia made in Ponce impoluta, perfectos los toques, los terrenos, las distancias y una lección de lo que es el temple, estocada y oreja. Hasta aquí todo como dictaba el guión, toros a modo y faenas “cómodas”.
En eso saltó al ruedo el que hacía quinto de la tarde y la cosa cambió, el Zalduendo nos salió rana, tenía genio, fuerza y no humillaba ni por saber morir. Apretó fuerte de salida y puso a Ponce en apuros, cumplió sorprendentemente en varas y se terminó de complicar en banderillas. Un toro sin posibilidades, brusco, gazapón y mirón, sin recorrido alguno y siempre a la defensiva con la cara arriba. Todo el mundo lo vio y todos creímos que Ponce, lógicamente, abreviaría con toda la razón del mundo. Pero no, si Ponce lleva 20 años en la cima es por algo, se plantó y a base de tragarle al toro con valor seco, consiguió sacar pases de un merito increíble por el pitón izquierdo, por el derecho lo intentó, por amor propio supongo, por ese lado era un asesino el animal, volvió al izquierdo y acabó sacando series ligadas y hasta por bajo ¡olé torero!... acababa de dictar otra lección de técnica, valentía y vergüenza torera. Si lo mataba puerta grande, lo pinchó, el toro ya parado sacó todos sus defectos, no humilló y Ponce dejó una media como pudo al segundo intento, después un infierno descabellar, no humillaba el Zalduendo y seguía gazapón, no paraba… poco importaba eso, Ponce nos acababa de enseñar porqué sigue ahí, por que después de 20 años y de haberlo conseguido todo, de tener el cortijo pagado y nada ya que demostrar, se acababa de jugar la vida limpiamente por triunfar ante un bicho imposible como si de un toricantano que se juega su temporada se tratase, ¡ole torero!
"El Juli" ha estado sensacional, ha vuelto a tener variedad con el capote que es algo muy de agradecer, además ahora con mucha hondura, llevaba al toro “toreado” hasta en las “lopecinas”. Con la muleta ha demostrado que después del de Chiva es el torero con más técnica y cabeza de la actualidad. Puerta grande para él, esta merecida de verdad.
Ignacio ya sabes cuanto sufri los atascos de la Valencia en fallas ayer por la tarde pero...como he disfrutado leyendo tu crónica!!!!!!!!!!
ResponderEliminarla presi
Enrique Ponce: técnica, técnica y más técnica, olé en el segundo, ! como embrocaba!, series soberbias con la derecha de esas que llegan al alma, ! viva la tauromaquía!, el quinto, maestro de maestro, toro defensivo y brusco, !dios mio que ´"marrón" dirán los toreos , pero ahí esta ponce, primero lidiando, y luego toreando, antes de belmonte se lidiaba hasta que llegó juanito, DESGARBADO, FEO Y CHEPOSO, pero que guapo se pone delante del toro, diría de él ,Pérez de Ayala, y ahora ponce , lidiando y luego toreando !ahí quedo eso maestro!
ResponderEliminar