El pasado marzo fui participe del momento más emotivo que jamás he vivido en una plaza de toros, la sentida ovación que recibió Adrián Gómez aquella mañana dando la vuelta al ruedo en su silla de ruedas, lloré por ti torero…
Una tarde de julio “Curro Valencia” perdía la vida en las astas de un toro al caer a la salida de un par de banderillas, sin duda lo más duro que he presenciado en mi vida.
Aún recuerdo el silencio que se hizo en mi casa cuando Manolo Montoliú colgaba del pitón de un toro aquel primero de mayo en Sevilla.
Tengo un lejano recuerdo de una tarde de agosto cuando vino a casa un familiar con el rostro desencajado, “un toro le acaba de partirle el corazón al Yiyo”….
El mismo familiar años después, otro agosto, anunció el percance de Julio Robles…
Si busco en mi memoria seguro que encuentro más, con estos me sobra. Estos valientes que por el inmenso amor que le tienen a este Arte le han entregado lo más valioso que tienen….
Por ti Adrián, y por honrar la memoria de tantos, no podemos dejar que unos pocos mancillen vuestro honor. Los toros son cultura, son Arte, son muchas cosas que vuestros nombres significan mejor que nadie.
Por vosotros, después del sinsentido que se está viviendo en Cataluña, solo puedo deciros que desde “Tercio de Varas” no voy a dejar de luchar por esto, le pese a quien le pese.
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