Enrique Ponce, un tema recurrente.

Temporada tras temporada desde que tengo uso de razón “taurina”, es decir desde mis 8 años, vivo recurrentemente el mismo debate, me encuentro con algún aficionado a los toros que discute la figura de Enrique Ponce.

Es perfectamente lógico que haya gente a la que no le guste el estilo de toreo de Ponce, pero no entiendo que se dude se su capacidad, máxime cuando lleva dos décadas dando la cara en todas las plazas, con todas las figuras y ha matado todo tipo de toros.

Este torero se ha “partido la cara” con todas las figuras que se le han puesto delante en este tiempo y lo sigue haciendo. Sin ir más lejos la temporada pasada se anunció hasta la saciedad con Castella y El Cid, que venían de ser los triunfadores en 2007. Este año va a por Perera y el joven Manzanares que fueron la sensación en 2008, él nunca se esconde.

No hay más que ver donde y con quienes se lleva anunciando estos veinte años, aun con todo hay gente que duda de los compromisos que adquiere… pero esto es algo irracional que no voy a discutir por absurdo. Como lo es que desde la tarde de las tres orejas de 2002 cada vez que pisa Las Ventas se le pite en el paseíllo.

Lo que se recrimina a Enrique Ponce habitualmente en los círculos de aficionados autodenominados “puristas” es de ser un torero ventajista. Se le acusa de torear con demasiados "trucos", de no torear largo, ni cruzado, ni metiéndose en los terrenos del toro.

Bien aquí si que quiero argumentar. Antes sentemos las bases, por supuesto que el toreo puro y que emociona ha de ser citando a los toros con mucha distancia, embarcando muy delante, cruzándose para obligar al toro a girar y poder templar así su embestida y rematar los pases muy atrás para colocarse sin perder pasos y quedarse de nuevo cruzado con el toro para ligar los pases en series de cinco o seis muletazos y por supuesto todo esto con la mano muy muy baja. En eso estamos de acuerdo, ese es el toreo de verdad, el que queremos ver, el que emociona.

Ahora bien hay que entender que para que eso ocurra hay que tener un toro delante que aguante esto, hay que tener delante un toro fuerte para que aguante las series de pases y empuje haciendo fuerza con los riñones metiendo la cara en la muleta abajo sin desplomarse. Hay que tener un toro bravo que responda los cites desde la distancia y siga fijo los engaños sin brusquedades, que no rehúya la pelea si ve tomado su terreno. Hay que tener un toro encastado, que no decaiga con el paso del tiempo y que tenga codicia para repetir embestidas en las series con emoción, permitiendo así la ligazón y acepte pelear lejos del cobijo de las tablas.

Bien, si sale un toro de esos fenomenal pero es un hecho que saltan al ruedo muy pocos. Si sale, como el 90% de las veces siendo optimistas, un toro que no es así… ¿qué?... hay una opción, que para mi es la más digna, la de matar al toro sin más y esperar el día que salga un toro que permita desarrollar el toreo de verdad, de esta “escuela” son por ejemplo Curro Romero, Rafael de Paula o Julito Aparicio.

Lo habitual últimamente es que se intente “hacer faena” a uno de estos toros obviando sus defectos, lo normal es que si el toro es flojo al bajarle el torero la mano se desplome una y otra vez acabando con la paciencia de todos. Si el toro es manso, en cuanto note que se le planta palea va a tender a huir, cerrarse en tablas e imposibilitar cualquier opción de éxito al sentirse agobiado. Si es descastado, hoy en día lo son todos, va a tender a no repetir las series obligando al torero a volver a colocarse pase tras pase y no poder así completar series sino hacer faenas a base de aburridísimos “monopases”. Para nuestra desgracia una de estas cosas, si no las tres a la vez, es lo que ocurre tarde tras tarde… ¿o no?, pregunto yo….

Bien hay otra opción, que es la de Ponce. Es la de tapar por completo los defectos que pueda tener el toro, acoplarse a ellos para intentar hacer “algo” y sobretodo intentar hacer que el animal corrija en parte sus defectos e intentar sacar algún detalle bueno. Ponce si el toro es flojo, que lo son muchos, tiene una gran habilidad para conseguir templar con la muleta a media altura, algo que aunque parezca lo contrario no es fácil, y evitar así que el toro caiga. Es un torero que tiene una gran facilidad para ver el recorrido que aguanta el animal y cruzarse con él más o menos en función de lo que aguante el toro. Es muy bueno con toros algo mansos iniciando las faenas fuera del terreno del toro e ir haciendo que este se sienta dueño y vaya aceptando más pelea para terminar toreando metido en su terreno. Con esto hace que el toro gane confianza y, aun siendo descastado, poco a poco hacer que el toro empiece a repetir embestidas y dejarse ligar pases.

El toro/borrego actual es una lacra que tenemos y que urgentemente hemos de corregir si no queremos acabar con este Arte. Pero ese es el toro actual, ese es el que le sale a Ponce y a todos los demás. La diferencia es que en tardes aburridísimas en las que nadie es capaz de sacar nada, Ponce a base de técnica consigue “engañarnos” y hacer parecer que bobotoros sean mejor de lo que son, ¡consigue incluso que los indulten!, pero lo siento, yo no veo que eso sea motivo de crítica sino de elogio. Máxime cuando este señor con el toro bueno ha demostrado repetidas veces que sabe ponerse como y donde hay que ponerse.

Siento ser tan extenso en este comentario, supongo que “solo” lo leerán los muy aficionados, pero me veo en la obligación de tratar de explicar la “tauromaquia” de Ponce. El siguiente vídeo que he encontrado la resume muy bien cuando explica al segundo “chavalillo” como sacarle algo a la vaca:

“Me gusta como le pones la muleta, pero a esta vaca ahora mismo no es el momento porque ella tiene poco recorrido y enseguida protesta” le dice Ponce al chico. Ponce sabe que el joven intenta hacerlo bien y agarrar la vaca adelante, pero esta se queda corta… “vamos a intentarlo con media muleta” sigue “más aquí y ella va más larga” le explica Ponce citando la vaca con la mano retrasada, algo que si el animal es bueno es un defecto, pero si no tiene recorrido como este caso, es un recurso técnico más. “Mira donde ha ido ¿ha cambiado no?” le dice contento Enrique al ver que el becerrista consigue sacar un pase como él le ha dicho.

Esa es la tauromaquia de Ponce, adaptarse al animal. Si Ponce cita así a un animal en una plaza muchos, y encima entendidos, le acusarán de torear sin hondura, podría ser, pero lo dudo, seguro es un animal que “va corto”, los buenos aficionados de verdad habrán visto durante la brega de capote en el primer y sobre todo en el segundo tercio como va el toro y que eso es lo más que se le puede sacar…. en las manos de Ponce no lo van a ver, él va a tapar todo lo malo del toro…

Por último para acabar de aburrir al personal voy a colgar un vídeo que también acabo de encontrar que me sorprende, es un vídeo teóricamente hecho para criticar a Don Enrique, pero en él sale como ejemplo de mala faena la de “Lironcito” una faena histórica, un ejemplo de cómo se puede sobreponer un torero a un manso de libro y muy peligroso de verdad al juntar mansedumbre con casta. Sobretodo lo que no entiendo del vídeo es que cada vez que se acusa a Ponce de tomarse ventajas este es prendido por el toro, extraña forma de entender lo que son ventajas… ¡aquí va y perdón por el tostón!.

Lo dicho... el que hizo el vídeo no le entiende.