Esperaba mucho de esta tarde… tendré que seguir esperando.
Como reflejo de la vida que es una corrida de toros me mostró su cara más amarga, la vida es dura y cada día hay algo que se encarga de recordármelo… en el cuarto toro a la salida de un capotazo uno de Garcigrande prendía feamente a Rafael Cuesta, se percibía que el torero estaba herido pero nadie salió en su ayuda… la vida pega muchas cornadas, hay detalles que las hacen más duras… solo llegó al callejón, solo se miró la herida…
Esperaba mucho de esta tarde y poco me dio. Sebastien Castella, ese “gabacho con un pellizco andaluz” como le ha definido hoy Molés, ha salido a hombros, flaco favor se le hace al torero que espero sepa que lo que ha hecho hoy no merece ese triunfo en Madrid.
Más lo mereció hace unos días Sergio Aguilar, pero nadie lo vio, o lo que es peor nadie quiso verlo… la vida es dura, como una corrida de toros, y tremendamente injusta. Aguiar se jugó la vida limpiamente ante dos toros sin posibilidades a los que con valor logró sacar series de mucho mérito, su esfuerzo nadie lo valoró, su arte se esfumó… a unos con poco les vale, a otros con mucho no les es suficiente…
Morante ese torero que la pasada Feria de Abril me hizo recuperar de nuevo la fe en el toreo verdadero, algo en que no creía desde que de se fue “el Romero”, ha hecho lo más bonito de la tarde al terminar la corrida… Rafael Cuesta acababa de ser operado, su matador ha subido a la ambulancia y le ha dado un beso… ese gesto me ha emocionado… la vida es dura y nos pega cornadas pero hay que tener fe, por eso yo… esperaré….
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