50 años de Arte

18 de marzo de 2009, se conmemoraba el 50 aniversario de la alternativa en Valencia de Curro Romero.

No quise escribir nada ese día. Desde hace ya 9 años, desde aquel octubre de 2000 cuando Curro, en la Algaba, decidió que aquel era el último toro que mataría en su vida para mí los toros no han sido lo mismo, ya nunca lo serán…

Si a los 8 años con Enrique Ponce aprendí lo que era dominar un toro, un eral en aquel caso pero nos entendemos, unas fallas de no recuerdo el año Curro Romero con un quite me hizo entender que torear es un Arte y como tal nace del sentimiento y se crea para eso mismo para trasmitir emociones.

Se puso al toro largo, se cruzó, echó “la pata p’alante” y pegó dos verónicas eternas y una media lentísima y recogidísima, rompiéndose las muñecas…. la plaza en pié, hervían las palmas… yo aplaudiendo a rabiar, ¡a rabiar!… de repente noté un escalofrío y me di cuenta que tenía la piel de gallina, los pelos de punta y una lágrima en la mejilla… ¿Dios mío que ha sido esto?... yo no se que hizo el Romero en aquellos lances, pero a mi me emocionó… ese hombre había vaciado su Alma con aquellos pases….

El pasado miércoles ni la empresa, ni la Diputación, nadie se acordó, me entristeció mucho la falta de sensibilidad ante una fecha así. Pero a la muerte del cuarto de la tarde Curro Romero estaba recibiendo el mejor y más sentido homenaje que podía tener…. Julito Aparicio, que en la línea marcada por “El Faraón de Camas” acabada de pegar los naturales mas sentidos y más de verdad que se han pegado estos días en Valencia daba la vuelta al ruedo con una ramita de romero en sus manos…

¡Grande Julito!, ¡grande! ese si fue un detalle y un homenaje de verdad, con tu ramita “El Romero” había vuelto a la arena y como tantas tardes daba la vuelta al ruedo…