Desierto ha quedado el premio del certamen “Camino a matador de toros” que se celebró la pasada temporada en Valencia para supuestamente dar una “oportunidad” en las próximas corridas Falleras.
Digno me parece el veredicto del jurado, que desconozco por quién está compuesto, cualquier premio me hubiese parecido de vergüenza.
Este ciclo de novilladas fue una auténtica tomadura de pelo. Para el aficionado a quien se desaficionó, yo llegué a plantearme si volver a ver una novillada. Y principalmente para los chavales que se jugaron la vida ante unos novillos sin opciones y con unas complicaciones, tampoco muchas la verdad, pero para las que no estaban a la altura.
La elección de los novilleros, con todo mi respeto para ellos que nadie se lo tome mal, no fue justa. La gran mayoría de ellos acusaban una evidente falta de “oficio”, como se suele decir, y presentarse de esa forma en una plaza de primera no era para ellos más que una encerrona.
Muy bonito el detalle de Guillermo Descals, oportunidad en su tierra, fue consciente de haberla perdido, imagino que con un profundo dolor, en un gesto de tremenda dignidad y torería se cortó la coleta….
Con Pedro Marín la tragedia nos pasó cerca, supongo que como premio a su sangre será él quien repetirá el Fallas y veremos si allí aprovecha su oportunidad, de ser así este certamen habrá servido para algo.
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