“¡Como se cruzó Rafaelillo en Pamplona!” comentaba un aficionado hoy durante la segunda de abono en Valencia. “Me emocioné en dos cruzadas que se pegó con un torazo de Miura” insistía, ese fue el interés de la novillada de hoy.
Como voy a seguir repitiendo “nada tiene importancia si no hay toro” pues eso, la novillada de Gerardo Ortega en la tónica general, toros muy bajitos de casta y fuerza, que hacen que casi todo en el ruedo carezca de emoción. Por no mentir, en mi opinión, sí salió uno con cierta casta, el segundo, pero era mansote. El tercer novillo justito de casi todo fue un toro de triunfo.
Después del espejismo de ayer me han vuelto a defraudar los tres novilleros de hoy, de nuevo sin ambición. El único que le ha puesto garra al asunto y ha bregado “con la más fea” ha sido Dámaso González que ha sabido plantarle cara al manso y encastado segundo, ha tenido mérito.
Salvador Barberán no ha tenido opción de éxito con el borrego que se ha lidiado como primero, un animal tremendamente noble, pero igualmente flojo y descastado, la faena emocionaba lo mismo que si torease un “carretón”…., con el cuarto-bis la de cal, un derrote seco al muslo y un cornadón. Espereo que se recupere pronto el chaval y a ver si con otros enemigos tiene opciones.
Sobre Vicente Marrero poco que decir, para mi ha resumido lo que no debe de hacer un novillero. En una tarde tan importante para él ha salido apático, ¡esa no es la actitud si se quiere ser grande!,obviando el sexto, el tercero era un novillo de triunfo y se le ha escapado, esas oportunidades no se pueden dejar escapar, alguien se lo debería de avisar, ahora no tiene argumentos para volver a reclamar una oportunidad…..
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